En un mundo empresarial marcado por cambios constantes, la adaptabilidad se ha convertido en una de las habilidades blandas más valoradas. Ya sea por avances tecnológicos, cambios en el mercado o situaciones imprevistas, las organizaciones que no se adaptan rápidamente corren el riesgo de quedarse atrás.
El trabajo remoto ha llegado para quedarse, y con él, nuevos desafíos para los equipos y líderes. Uno de los mayores retos es fomentar la responsabilidad personal en un entorno donde la supervisión directa es limitada. La responsabilidad no solo implica cumplir con las tareas asignadas, sino también tomar iniciativa, comunicarse efectivamente y contribuir al éxito del equipo.
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